Desde hace varios días, vecinos y turistas se sorprendieron por la aparición de una pequeña especie en las costas de Puerto Madryn. Se trata de un crustáceo, que no tiene ningún riesgo para el hombre, cuyo nombre científico es “Munida gregaria”, también conocido como un tipo de bogavante.
Esta especie, según un informe del Centro Nacional Patagónico, se distribuye exclusivamente en el hemisferio sur, alrededor del extremo sur de Sudamérica, en aguas costeras de Nueva Zelanda y sus islas subantárticas y al sur de Australia, en el sur de Nueva Gales del Sur, Victoria y Tasmania. En particular, en Sudamérica se encuentran desde Uruguay hasta el Cabo de Hornos en el Atlántico y hacia el Norte por el océano Pacífico hasta la ciudad chilena de Chiloé.

Recurso pesquero
La Munida gregaria, si bien hasta el momento no se explota comercialmente, representa un potencial recurso pesquero ya que puede tener varios usos, como ser el consumo de su carne como camarón coctelero, fuente de proteasa para la manufactura de quesos y fuente de pigmentos para el cultivo del salmón y para la coloración de huevos para consumo humano,
Presenta dos formas distintas, la gregaria y la subrugosa. Mientras el primero posee hábitos pelágicos, o sea, habita cerca de la superficie y se transporta en cardúmenes, el segundo vive en sobre fondos blandos, cerca de huecos circulares. Son de color naranja-rojizo, pueden alcanzar un tamaño de hasta 28 milímetros y son huidizos mediante la natación hacia atrás.
Se alimenta de otros crustáceos, algas, materia orgánica particulada y organismos unicelulares bentónicos, y pesar de que ambos morfotipos muestran similares hábitos alimentarios y una gran superposición dietaria, la subrugosa consume significativamente más crustáceos y la gregaria consume más algas. A su vez, este segundo tipo es objeto de otros predadores, que la atacan, tanto cuando se desplaza en forma de cardúmenes, o cuando se encuentra en cuevas.

¿Por qué en la costa?
Aún, los científicos no tienen una respuesta definitiva al porqué de su llegada a las costas de Madryn, aunque las causas se encuentran en estudio. Podría deberse a condiciones climáticas, en el caso del golfo Nuevo, cuando sopla viento desde el Norte, por espacio de varios días, o también los cambios en las condiciones del mar, como se ha visto y comprobado en otras especies, a partir de setiembre en las costas patagónicas.
El CenPat destaca que los detalles y aportes sobre la Munida están contenidos en el trabajo de seminario de Laura Rojas Quiroga, presentado en la sede local de la UNPSJB, dirigida por la doctora Silvina Van der Molen, con el asesoramiento de su colega el doctor Fernando Dellatorre, investigadores del CONICET, con lugar de trabajo en el CENPAT.