El hastío en el que ingresaron los trabajadores de Alpesca llegó ayer a uno de sus puntos más calientes. El día ayudaba. La temperatura agobiante de un verano pleno que más de mil personas no solo no pueden disfrutar a la vera del Golfo Nuevo, por la incertidumbre que viven sobre su continuidad laboral a futuro, sino que además no pueden atemperar en el día a día, ya se tornó traumático. Pasaron las fiestas con dos aportes de dos mil pesos, entraron en 2014 sin cobrar el último mes de 2013 ni aguinaldos, la mayoría tienen las tarjetas cortadas, los créditos tomados impagos, no consiguen fácilmente otras changas y ni hablar de aquellos que pensaban en hacer uso de sus vacaciones anuales.
“Hoy no sabés donde estás parado. Son mil familias que multiplicadas por un grupo tipo suman unas 4 mil personas a la deriva”, palabras más menos razonaba amargamente un trabajador mientras participaba de las protestas.

Hartazgo masivo

El problema es que este escenario que enfrenta la gente no data de ahora, sino que viene arrastrado desde hace décadas sin que los privados que han pasado por la pesquera, ni el Estado veedor de la responsabilidad social empresaria necesaria, hayan evitado llegar a esta situación.
Con este escenario fatigoso, ayer el humor masivo se fue perdiendo a medida que los trabajadores iban enterándose de las novedades. Muy temprano supieron que el subsidio comprometido por la Provincia y prometido el fin de semana por el ministro Coordinador, Miguel Castro, no se acreditaría en el día, sino unas cuarenta y ocho horas después. Fue el disparador para la primer asamblea en el STIA donde la gente exaltada decidió tomar acciones directas, tomando la sucursal local del Banco del Chubut. Una situación que los puso en tensión con los clientes de la entidad y los propios empleados.
Con el transcurrir de las horas, la otra información que resquebrajó aún más la confianza, fue el anuncio que en lugar de dos mil pesos se les aportaría mil por cabeza. Fue entonces cuando decidieron establecer un piquete en Ruta 3 y otro en Ruta 1. Una medida con la que otra vez los trabajadores quedaron expuestos a tener que enfrentarse al resto de sus vecinos. Los más de 5 kilómetros para el norte y los 7 kilómetros para el sur de autos y personas varadas en tránsito bajo temperaturas insoportables, fue otro de los resultados de la implosión que comenzó a hacer el caso Alpesca y las múltiples consecuencias posibles. Una peligrosa ruptura del contrato social y de los códigos de convivencia.

¿Dónde está Otero?

Para colmo, todo este enjambre de disgustos tiene una colmena codiciada con varios zánganos dando vuelta. Entre otras cosas ayer, mientras se daba otro desahuciado peregrinar de los empleados, intervinieron el intendente Ricardo Sastre, el secretario de la CGT y STIA, Luis Nuñez, legisladores y actores diversos, pero el gran ausente era otra vez el nuevo empresario titular de Alpesca en los papeles, Federico Otero. El ´comprador´ sque dijo estar en condiciones de aportar 400 millones y sanear la situación de la pesquera, no solo anduvo buscando plata el fin de semana en ´cuevas´ conocidas, sino que no estaría en condiciones ni siquiera de pagar los sueldos que se adeudan, y solo esperaría un salvataje del Gobierno presumiblemente comprometido por algunos ´genios´ oficiales de los negocios con dineros públicos. Entre otras cosas se supo ayer que además del inconsistente historial empresario que posee, Otero figuraría además en el Veraz por deudor de cheques no recuperados.
Según observadores finos, el ´comprador´ se habría fondeado hasta tanto se tenga claro en que condiciones queda su titularidad sobre la pesquera.

¿Plan B?

Es que el subsecretario de Pesca, Héctor Rojas había esbozado el fin de semana un Plan B para abordar una nueva administración de Alpesca bajo la figura de “empresa recuperada”. Muchos dicen que se trató sólo de un amague para con el grupo privado que opera detrás de la pesquera, otros aseguraban que en realidad se evalúa una posibilidad técnica de bancar la empresa pero sin los empresarios. Todo ello sin decir por ejemplo que este tipo de figuras requieren de la intervención de un juez Comercial y de un acreedor que pida la quiebra. En ese marco, el interrogante es ¿quién asumiría el costo político de pedir esa quiebra? ¿El gobierno provincial, el municipal, un privado? Un proceso demasiado largo y costoso que además pondría a los trabajadores en una encrucijada de ser luego sus propios gestores.
Y ya lo anticipó el gremio ayer “No pensemos en una cooperativa, porque sería complicadísimo y los empelados no están acostumbrados”, afirmó Nuñez.

La política del fracaso

Así las cosas, nadie sabe con exactitud cuál es el rumbo para este barco que parece ser el segundo Titanic que deberá pilotear Martín Buzzi, cuando vuelva por supuesto de disfrutar sus vacaciones con Pluto y Micky Mouse. La caída estrepitosa de Alpesca estamparía asi el fracaso de una política provincial en la administración pesquera. La lista de compañías que cesaron con su producción, fueron objeto de ventas, se deshicieron de activos, realizaron despidos masivos, terminaron bajo el control de sus acreedores, ingresaron en convocatorias o se declararon en quiebra es muy extensa.
De hecho, desde la asunción del gobernador cerraron Harengus, Moliendas del Sur, Kaleu Kaleu, SM&S, siguiendo con la tendencia del último período de das Neves donde cerraron Barilari, Neptuno, Arbumasa y Siracusa; mientras que redujeron su actividad Conarpesa, Iberpesca, Marítima Santa Fe, Camaronera Patagónica, Pesquera Austral, Poseidón y Tramar, además de la agonizante Alpesca.
Un mapa que invita a pensar en la capacidad administrativa de nuestros representantes de turno.
Así las cosas, todo indica que la solución a esta posible quiebra en puerta está bastante lejos, pese a las ganas de muchos de sacarse el ´muerto´ de encima.

El “Cura” se divierte

Y a propósito de estrategias: el que si se consagró como gran maestro Houdini fue Omar “Cura” Segundo. No sólo aparentemente zafó de Poseidón donde le encontraron 115 kilos de cocaína, sino que también zafó de Alpesca, en donde ya nadie lo nombra ni recuerda a viva voz a su progenitora como hasta hace un par de semanas. Además, ni los jueces federales se acuerdan de él ni le exigirían ya cumplir con sus deberes de “procesado” por narcotráfico, de no abandonar la ciudad ni el domicilio sin permiso. De hecho, el fin de semana se dio el lujo de descansar de tanto estrés y tomar distancia de los mil trabajadores que alguna vez defendió, desde las brillantes playas de Puerto Pirámides. Con su flamante esposa y su nucleo familiar, conduciendo sus potentes cuatriciclos, y a las jaranos con amigos como el “Fofo” y “Romerito”, el “Cura” se rió de lo lindo. “Un modelo de empresario”, diría el visionario carlos Eliceche. En fin…