Durante la noche del lunes, desconocidos forzaron la puerta del Centro Cultural Quemú y robaron una computadora y un equipo de música, además de llevarse varios elementos que iban a utilizarse como premios en un evento solidario destinado a recaudar fondos para los festejos de fin de año.
El hecho fue descubierto ayer por la mañana, cuando los integrantes del centro municipal llegaron al lugar y encontraron que la puerta de acceso y su cerradura estaban destrozadas y faltaban numerosos artículos de suma utilidad para su trabajo cotidiano. La Policía ya inició las investigaciones pertinentes para dar con las personas que cometieron el asalto.

Se robaron los regalos
A primera hora de ayer, agentes que se desempeñan en el Centro de Gestión Barrial, cuyas instalaciones se encuentran de manera contigua al Centro Cultural Quemú, arribaron al lugar y hallaron la puerta de ingreso del espacio comunitario y recreativo forzada y prácticamente destruida a la altura de la manija y la cerradura.
Inmediatamente, la Policía se hizo presente en el lugar con el objeto de tomar las muestras pertinentes para iniciar las investigaciones y rastrear a las personas que llevaron a cabo el robo.
En relación con el tema, Leonor Bosch, directora del Centro Cultural, comentó que se robaron el equipo de música y la computadora, que estaban ubicadas en una de las salas de la institución. Allí, también permanecía la caja de regalos con los elementos destinados al bingo, actividad que se realiza para juntar fondos para la fiesta de fin de año. “Entre otras cosas, había una afeitadora eléctrica, una cortadora de pelo, carteras así como ropa de hombre que habíamos acomodado ayer, se llevaron las remeras”, contó la mujer conmocionada por la situación.
Además, falta el equipo de música con bafles que se había instalado en el salón central. Mientras que en la cocina había rastros del paso de personas aunque no falta nada. Según relató Bosch, las últimas personas se retiraron del Centro anoche a las 21 horas.
La Directora del espacio cultural lamentó el asalto así como los destrozos y resaltó: “En 16 años que estoy acá, nunca pasó nada”. Así, una de sus sensaciones principales es la impotencia, puesto que “las cosas siempre se consiguen con mucho esfuerzo y dedicación; no parece pero los regalos para el festejo de fin de año son caros”.