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Porqué un Ganso no es un Pato

ROMANA

El ganso y el pato pertenecen a la misma familia, son ´anátidas´, pero el ganso es más grande, más pesado y tiene el cuello más largo. Las dos son aves acuáticas, aunque vivan en tierra, y aunque no parezca, el pato camina mejor y el ganso nada más.

Por Marisa Rauta

El ganso sin embargo no diferencia el color de plumaje entre macho y hembra y a diferencia del otro picudo, que cambia de monta cada año, este otro mantiene su pareja de por vida, sobre todo porque es absolutamente territorial. Tanto que domesticado se conoce popularmente como «oca», y son conocidos por sus embestidas contra todos aquellos que considere una amenaza a su zona, persiguiendo a los intrusos y profiriendo graznidos.
Mientras el pato resuena con chillido nasal, el ganso lanza un ruido por la boca a modo de silbido. Hay miles de diferencias físicas, emocionales, de hábitos y hasta sexuales, que por ahora no vienen a la política.
De hecho, esta introducción ornitológica que en principio parecería ociosa, viene a colación a las imbricadas situaciones que se vienen dando en el corazón de mi ciudad y mi provincia, donde este simbólico plumífero viene convirtiéndose en todo un símbolo. Un territorio de hecho tan lleno de aves de paso, pero también de especies propias, muchas de ellas desnaturalizadas.
Los nativos que hemos visto crecer la Laguna del barrio Sur tenemos claro como increíblemente criamos patos, orgullosos de la sanía de esos especímenes. No hace mucho, una bandada nos trajo empero una rareza natural, un pichón encantador que de grande, se convirtió en otra cosa. Conocer la mutación es más que importante por ser nada más ni nada menos que un producto nuestro, (y me hago cargo de la parte que me corresponde).

Con “V” de ventaja

Dicen que una de las virtudes del vuelo del ganso es la composición en la famosa «V» que logra en el cielo, y que no es un saludo peronista, sino en realidad una fenomenal demostración de cálculo. Dicen que la formación es ingeniosamente aerodinámica: cuando el ganso líder despliega sus alas, crea bolsas de aire con inferior resistencia; cada ganso que va por detrás de él vuela a través de esas bolsas, ahorrando preciada energía en el proceso. Repetida millones de veces en el curso del viaje, esta eficiencia permite a la bandada volar más lejos, tanto más lejos que, sin cada uno de los otros, les sería imposible alcanzar su destino. Ningún ganso podría completar la migración solo, pero, trabajando juntos, lo hacen todos los años.
Dice “Gente de Madryn” que esta maravillosa regla, noble vínculo con sus pares -sin embargo- nunca se dio con nuestro Ganso local. Por el contrario, el nuestro encara liderando la “V” y a medida que puede va perdiendo al resto en el camino, luego por supuesto que le hayan servido “aerodinámicamente” a levantar vuelo.
¿Qué pasó con el nuestro que nos salió ´fallado´?, no se sabe, pero que no mira para atrás y no espera a nadie, no cabe duda.

Mucho engorde

Hay quienes argumentan que fue alimentado con pescado y otras harinas que le habrían cambiado el pH y la conducta. Otros que solo es consecuente con su impronta soberbia y su aspereza individualista, y no se debe pedir más de lo que puede dar.
Cada paso ha sido una empantanada, para sí y tantos otros. De los 52 años el plumífero madrynense lleva 22 años alimentado por el Estado (Concejal del
1983 a1987; secretario de Deportes de 1987 a 1991, diputado provincial de 1999 a 2003, intendente de Madryn de 2004 a 2011, diputado nacional de 2011 a 2013, ministro Coordinador ocho meses y ahora director de Banco). Un vuelo envidiable hasta alcanzar la nada despreciable recompensa de un sueldo mensual de 90 mil pesos. ¿Qué opinará Marta, Leonor y la “Pajarita” del Nacional 27 que ya antes admiraban su plumaje?
En el medio, estanciero, quinielero, heladero, asesor financiero, empresario múltiple y dirigente deportivo por su natural condición para liderar bandas.
¿Lo habrán perdonado los amigos de la 750 por las sospechas públicas?
Dice la leyenda popular que dos migraciones marcaron la tendencia a traicionar su naturaleza noble: una fue el renunciar a su banca legislativa para integrar otra bandada que el mismo había denunciado por fraudulenta, con tal de comer en ese charco chiquito que es el poder central; la otra fue el traicionar hasta romper todo horizonte, a los otros gansos que creyeron contarlo en un nuevo espacio donde algunos principios se creen posibles. Increíblemente, ese al que le sembramos de semillas de apoyo, hoy atorado de poder, nuestro Ganso grazna en un cielo conocido pero cada vez más desterrado de propios. En Madryn, a muchos de los que frecuentamos nostalgiosamente la Laguna, (yo vivo Mitre al 1500) esta experiencia bípeda nos ha marcado para siempre en nuestra mirada colectiva. Doy fe que una y otra vez preferimos el menos emplumado pero más confiable patito feo.

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