EL 80 POR CIENTO DE LAS CONSULTAS SE PODRÍAN ATENDER EN LOS BARRIOS

La falta de médicos en los CAPS genera saturación en la guardia del Ísola

4Uno de los sectores más críticos del Hospital Andrés Ísola es la guardia. La cantidad de demanda que tiene el nosocomio es muy alta con respecto al número de profesionales que allí trabajan, y uno de los causantes de tan alta concurrencia a dicha unidad, es la deficiencia que se presenta en el funcionamiento de los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS).
“La cantidad de personas que concurren a la guardia por patologías banales son muchísimas, más del 80 por ciento de la demanda corresponden a consultas que deberían ser evacuadas en los Centros de Salud o por los consultorios de clínica médica”, explicó la doctora María Fuenzalida, Jefa de Guardia del hospital local.
“En realidad, la guardia debería tener un ingreso de pacientes emergentes de diez por día, pero tenemos de 200 a 250 pacientes por día que vienen por consultas banales como la gripe, la angina, dolor de muela, dolor de oídos. Emergencias puras, o sea, aquellas patologías donde el riesgo de perder la vida está dentro de los primeros tres minutos debemos tener dos por día, y la urgencia es aquella patología en que el riesgo de perder la vida, está dentro de las diez horas, otro tanto. El resto son patologías que pueden tardar dos o tres días en consultarse a través de los Centros de Salud. El tema es que el sistema no está todavía bien preparado para eso, y los Centros de Salud también están abarrotados de gente, hay muchas consultas, y no alcanzan a cumplimentar con todo. Podemos decir que el factor humano profesional es poco”, reconoció la profesional al brindar un acabado panorama del sistema.

Faltan médicos

Si bien los CAPS no funcionan como guardia, deberían contar con profesionales que atiendan esas ‘consultas banales’ a las que hace referencia Fuenzalida, lo que podría aliviar un poco la saturación de la guardia.
“Si los CAPS contaran con médicos que absorbieran la demanda espontánea de la gente, por lo menos de 20 personas cada CAPS, la guardia dejaría de estar tan saturada. Creo que faltaría reforzar ese sector con médicos generales que hagan la demanda espontánea”.
Esta falta de respuesta de los CAPS genera una peor atención en la guardia del hospital que va más allá de la espera para ser atendido, sino que también alcanza al desempeño del médico en sí. “A la gente no le queda otra que entrar a la guardia. Los CAPS atienden con turnos, hay personas que se enfermaron hoy a la mañana y podrían esperar hasta el otro día, pero al otro día tampoco tienen turno. Entonces no le queda otra que venir para la guardia y eso lo satura bastante al sistema, porque hay que pensar que hay médicos que están las 24 horas esperando acá adentro y cuando llega una emergencia después de varios códigos verde están cansados”, razonó la médica. “O por ahí, uno de esos códigos verde, se transforma en amarillo o rojo y tardan demasiado en descubrir lo que le pasa al paciente por el mismo cansancio que tienen. Y eso es por la demanda, por la gran cantidad de pacientes que se atienden diariamente”, alertó.

Las ambulancias, otro problema

La guardia del hospital cuenta con dos ambulancias para cubrir la demanda de la ciudad y los alrededores, pero no siempre la salida de los móviles son justificadas, ya que, según la funcionaria, la gente a veces hace un mal uso de la salud pública
“El 70 por ciento de las salidas de ambulancias no deberían ser, porque es gente que no tiene para el taxi, que no quiere venir porque tiene fiebre o casos sociales, donde la persona sólo quiere hablar con alguien y llama a la ambulancia”, graficó Fuenzalida. “El tema es que cuando te pasan el llamado, te lo pasan de una manera que, si el operador no discrimina bien, no te queda otra que ir. Cada salida demanda un tiempo de 30 minutos entre ir y volver, y eso te significa un médico menos en la guardia y mientras el otro trabaja con pacientes, siguen llegando otros pacientes y se hace complicado”, relató sobre el cuello de botella que se produce en el servicio. “Por eso, es necesario discriminar bien los motivos de la llamada y si realmente es necesario enviar a la ambulancia”, detalló.

Profesionales de vacaciones

“En las fiestas va a ser muy difícil, porque son casi dos semanas de feriado, y se van todos. No queda un solo especialista en la ciudad, los médicos de cabecera no están, y lo único que queda actuando son las guardias. Después terminan las fiestas y empiezan las licencias por vacaciones de todos los médicos y te queda funcionando la guardia sola por tres o cuatro meses. Con tres médicos no vamos a llegar, contando que no se nos enferme ninguno o que no tenga algún problema familiar, porque ahí te quedás con dos, y con dos no hacés nada”.
Los fines de semana, sobre todo a la noche, suelen ser los momentos de la semana en que la bebida o el consumo de estupefacientes, hacen que lleguen más personas a la guardia del Ísola, aunque por lo que cuenta la Jefa del servicio, ya no es tan así. “Ahora ya nadie se fija qué día es para emborracharse y apuñalarse o para pegarse un tiro. Antes era los fines de semana, ahora ya son todos los días, y con médicos generalistas y emergentólogos de la guardia externa en un número que va de dos a tres y nos estamos quedando cortos”, describió María Fuenzalida.

 

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