POR EL CIERRE DEL CORRALON, GENTE DE OTROS BARRIOS DEPOSITA LOS RESIDUOS EN LOS CONTENEDORES DEL BARRIO

Graves problemas con la basura en el barrio 630 Viviendas

1El barrio Ruca Hué, conocido también como 630 Viviendas, es uno de los más populares de la ciudad. Con sus casi 1600 habitantes, distribuidos en 105 monoblocks, es también uno de los más problemáticos para sostener una convivencia ordenada de tanta gente. Si bien, con el paso del tiempo varios de esos problemas se fueron apaciguando, la basura es uno de los inconvenientes con que los vecinos se deben enfrentar a diario. A diferencia de otros barrios, donde el camión recolecta las bolsas de la puerta de las viviendas, en “las 630”, los residuos deben depositarse en grandes cestos o en volquetes distribuidos a lo largo del perímetro del barrio, delimitado por las calles Magallanes, Fuerte San José, Luis María Campos y el pasaje Williams. Luis Calfuman, flamante presidente de la Junta Vecinal cuenta: “Tenemos un gran inconveniente con el tema de los contenedores, porque al cerrarse el corralón municipal, la gente de barrios aledaños y hasta del propio centro de la ciudad, nos arrojan toda la basura acá en los volquetes. La idea es que los contenedores sean usados por los vecinos y que se vuelva a abrir el corralón municipal para que la gente haga como antes, y tire la basura en los contenedores del corralón”, dice Calfuman y agrega que la limpieza interna del barrio está a cargo de “un grupo de trabajo de diez jóvenes que hace la limpieza en el barrio, pero con este problema que tenemos a diario, que mucha gente viene de afuera a tirar la basura, no damos abasto”.

Crece la inseguridad los fines de semana

Hace unos años atrás, el barrio 630 viviendas, era tristemente célebre por la inseguridad allí reinante. Con el paso del tiempo, las cosas fueron mejorando y hoy se puede hablar de un barrio en el que se puede caminar con cierta tranquilidad. Según cuentan los vecinos, la gente “indeseable”, se ha ido yendo del barrio y otros están presos. Si se toma en cuenta que la policía casi no pisa el Ruca Hue y que sus angostos pasillos son el lugar ideal para algún atraco, el hecho de que no haya tanta inseguridad actualmente se debe en parte a que los problemas de fondo, como la falta de trabajo, han ido mejorando. De todas formas, el conflicto de la seguridad se complica un poco más cuando llega el fin de semana: “Los días de semana, dentro de todo, se está bien. El problema son los fines de semana, los sábados se pone medio jodido, porque viene muchísima gente de afuera, vienen muchos jóvenes de Trelew, que tienen amistades acá en el barrio y se juntan para delinquir. Dejan los problemas y se van”, declara Calfuman.

Otras necesidades

Además de la limpieza y la seguridad, en el Barrio Ruca Hue, como en muchos otros de la ciudad, hay necesidades básicas que deben ser cumplimentadas. Desde la Junta Vecinal hay dos temas que creen necesarios de solucionar, como las veredas y el tránsito: “Necesitamos que se pongan algunos reductores de velocidad. Por la calle Magallanes transitan muy fuerte, y en Luis María Campos, que es la calle que divide el barrio 140 con la 630 también, transitan mucho los micros y necesitamos poner reductores”. Con respecto al tema de veredas, uno de los problemas que se debería analizar desde el municipio, es la falta de rampas para discapacitados: “Planteamos a la municipalidad el tema del mejoramiento de veredas y de rampas que no tenemos en el barrio. Quedamos en reunirnos y ojalá que mejore el municipio y que puedan salir obras no sólo para este barrio, sino para otros barrios también”, afirma.

Las mejoras en los monoblocks

Hace unas semanas, desde El Diario dábamos cuenta de los trabajos que se llevan a cabo en muchos de los departamentos del barrio 630 viviendas. Desde el Instituto Provincial de Vivienda (IPV), se están cambiando los caños de agua y gas, el arreglo de pisos y la instalación de nuevos artefactos como estufas y termotanques, además del cambio de grifería y sanitarios. “Hay una obra que se está realizando en el barrio que es la reparación de los 23 monoblocks que quedaron sin hacer. Ya empezaron y van por la mitad, así que estamos contentos porque el vecino va a vivir dignamente. Los problemas de gas y humedad que había eran muchísimos”, cuenta el presidente de la Junta Vecinal, que asumió su cargo hace un mes. Además, desde el IPV se hará un relevamiento de los departamentos que quedaron mal hechos en arreglos anteriores, donde se volverá a trabajar para su mejoramiento integral.
Otra buena noticia para los vecinos de “la 630” es que en pocos meses se le hará un lavado de cara al barrio: “Los primeros días de febrero se va a empezar lo que es el trabajo de pintura en el barrio y el arreglos de las escaleras de los monoblocks. La idea es que cada sector tenga un color, esas son buenas cosas que conseguimos para nosotros”, expone el dirigente barrial.

El trabajo comunitario

Dentro del barrio, al lado del famoso tanque, se encuentra el club 630. Allí funciona un comedor comunitario, en el que se le da de comer a 97 personas entre grandes y chicos, donde también se están haciendo algunos trabajos, sobre todo en lo que tiene que ver con la instalación eléctrica, donde había muchos problemas. Acerca del comedor, Calfuman dice: “El municipio nos da las cosas y nosotros cocinamos. Hay un grupo de cocineras, que son empleadas municipales, que son las que cocinan y nosotros nos ocupamos de atender a la gente. Además, tanto en el club como en la sede de la Junta Vecinal, funcionan muchos talleres culturales, como repostería, teclado, guitarra o peluquería”.

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