LA FIRMA DE CAPITALES NORTEAMERICANOS Y CANADIENSE SE ASOCIÓ CON CONARPESA

Yaganes muestra otro modelo pesquero que empezaría a despuntar

3LOCALLa compañía arrienda la planta de Conarpesa en Caleta Olivia y parte de la empresa en Madryn. Realizó una millonaria inversión para la explotación del recurso centolla y la generación de un producto final con alto valor agregado, para lo que ya se emplearon más de cien personas.
En enero de 2012 llega a la Argentina un grupo de inversores norteamericanos y canadienses con la intención de explorar las plantas pesqueras de la Patagonia con la idea de desarrollar la explotación comercial del producto centolla. Se constituye Yaganes SA, una compañía con una aceitada red de comercialización en los Estados Unidos, Canadá y también en Asia.
En Alaska pescan langosta, cangrejos y centolla, en ese marco, vinieron a la Argentina para hacer un análisis de inversión para la explotación de centolla, y recorrieron plantas pesqueras de la Patagonia, hasta que optaron por alquilar las instalaciones de Conarpesa en Caleta Olivia, que se ajustaba a las necesidades productivas de Yaganes.
Hace 15 días la planta está técnicamente operativa para iniciar el procesamiento de materia prima, aunque el andamiaje productivo cuyo primer eslabón es la explotación del recurso natural aun no se ha iniciado en virtud que el gobierno de Santa Cruz no ha otorgado los cuatro permisos de pesca que forman parte del proyecto de inversión, oportunamente aprobado.
La exploración del recurso centolla no está medida en el volumen de toneladas de materia prima como otras especies, sino que el negocio se focaliza en productos de alto valor agregado destinado a específicos nichos de mercado mundial.
Yaganes SA avanzó en dos frentes, por un lado readecuando la planta de Conarpesa en Caleta Olivia, la cual alquila, y por otro lado, también en Chubut selló un acuerdo con la misma empresa para el uso de un sector de la planta de procesamiento de Puerto Madryn, y en esa provincia ya cuenta con las licencias de captura de centolla que se hará en el Golfo San Jorge.

Calidad certificada

Estos productos tienen como destino mercados que son muy exigentes y se requiere de un exhaustivo cumplimiento de estándares de calidad certificados, y para el cumplimiento de estos requerimientos internacionales se debió realizar una importante inversión. El producto final de este proyecto es centolla cocida, es decir, no se exportará materia prima o commodities, sino que el extremo de la comercialización es un producto alimenticio que para su colocación en góndola implica la incorporación de valor agregado.
La presidente y CEO de Yaganes SA, doctora Andrea Torres Espinoza, describió a REVISTA PUERTO que “hay un sector de la planta que toma la materia prima en su estado natural, y luego cruza la barrera del área de cocción, un sector que tiene equipamiento de laboratorio, que permite cumplir con las altísimas exigencias de calidad que tienen los mercados que consumen estos productos”, puntualizó.

CAMBIO DE CONCEPCIÓN

Para llegar a este punto, la compañía fue enviando técnicos y especialistas de Canadá, y son quienes diseñaron las plantas, y ahora están entrenando al personal, porque en la planta ya no se procesa merluza, sino que se elaboran productos alimenticios terminados; hay un cambio de concepción que deben asimilar los empleados.
“En Santa Cruz solicitamos cuatro permisos de pesca de centolla para barcos fresqueros de 24 metros de eslora, y con estos se aprovisionaría la planta; son cuatro embarcaciones que Yaganes alquila”, precisó Torres Espinoza.
En Chubut, se repite el mismo esquema, son barcos fresqueros que pescarán centolla en el Golfo San Jorge y el procesamiento se hará en Madryn. En Chubut, las licencias de pesca ya fueron otorgadas, y en Santa Cruz aún están inexplicablemente demoradas.

Sustentabilidad

“A estos barcos alquilados hubo que hacerles modificaciones para pescar centolla. Cabe señalar que la pesca de centolla es muy selectiva, se realiza a través de trampas que son artes de pesca selectivos, que permiten no tener pesca incidental de otras especies que no sean la objetivo, sino que también están diseñadas para capturar centolla de talla comercial sin afectar el recurso”, subrayó la CEO de la compañía al destacar el cuidado del recurso.
“El principal accionista, el dueño de la compañía Yaganes, es el presidente de la Fundación que cuida la sustentabilidad de la langosta del Atlántico Norte. Charles Anastasia tiene siempre es sus proyectos un fuerte componente que debe primar la sustentabilidad biológica de los recursos que se explotan”, explicó.

Captura y transformación

En esta pesca la capacidad de captura no está dada ni por la eslora del barco, ni por la capacidad de bodega, sino por el número de trampas que se utilizan. “Nuestros barcos no llevan más de mil trampas, y actualmente los centolleros congeladores pescan con más de cuatro mil trampas cada uno, para que tome dimensión entre unos y otros”, indicó.
Asimismo, Andrea Torres Espinoza detalló que el proceso extractivo consiste en el arrojado de las trampas al mar, para después transcurrido determinado tiempo, el izamiento de las mismas. El marinero selecciona las piezas de centolla que hubiera dentro de las nasas, dejando solo las de tamaño comercial y el resto devuelto al mar.

“Los clientes que comercializan centolla requieren específicamente tallas determinadas con estándares sobre tamaños comerciales. No hay un mercado para centolla de baja talla”, mencionó. “La centolla va a la bodega del barco en cajones con hielo, la centolla sigue viva. El buque llega a puerto, se hace la estiba y llega a la planta. Y, vivas se mantienen hasta que son procesadas, porque así lo requiere el esquema productivo de esta especie”, precisó la presidente del directorio.
“Una vez procesado el producto, se preparan las piezas e ingresan a un laboratorio de cocción con tecnología de primer nivel. Posteriormente se enfrían, y se transforma en el producto final con el packaging que lo ubica como una pieza alimentaria de comercialización lista para góndola”, citó al recorrer el proceso extractivo, de procesamiento hasta llegar al producto exportable.

Generación de empleo

En la planta de Caleta Olivia “hoy tenemos 70 operarios, sin contar los que están en control de calidad, ni los embarcados. Sumando a toda la estructura que representa este proyecto de Yaganes en Santa Cruz son más de 120 empleos los que se han generado”, destacó Torres Espinoza al dar cuenta del impacto en la ocupación de mano de obra que tiene la empresa.
“El gobierno de Santa Cruz aprobó el proyecto, hemos cumplido con las inversiones previstas, hemos cumplido con la toma de mano de obra, y ahora estamos aún esperando los permisos de pesca para comenzar con la etapa de explotación”, indicó. (Fuente: Revista Puerto)

 

ÚLTIMAS NOTICIAS