MEJORA LA IMAGEN DE CRISTINA Y EN EL GOBIERNO SE AFERRAN A LA TEORÍA DE "LOS 10 PUNTOS". MÁXIMO DESPLAZA A ZANNINI COMO VOCERO

Pingüinera contenta

06-12-26 014Las primeras mediciones posteriores a la intervención de la Presidenta confirman que Cristina Kirchner habría recuperado algunos puntos de imagen positiva. Sin embargo, Martín Insaurralde seguiría lejos de Sergio Massa, aunque el kirchnerismo y Daniel Scioli apelan a una diferencia de “10 puntos”.
“Si Massa no gana por más de 10 puntos el candidato a presidente fuerte del peronismo soy yo”, repite Scioli por estas horas. Como si ese apotegma numerológico estuviera en el Corán, el Bhagavad Gita o algún otro texto sagrado. La pregunta obvia es: “¿Por qué trazar la línea en los 10 puntos, porqué no 11 o 9, por ejemplo?”.
“Porque hoy la distancia anda por ahí”, explicó a LPO un asesor del oficialismo, que agregó pícaro: “¿Qué querés que diga Daniel? Es como que yo diga que sino me da bola Jesica Cirio me tengo que ir con mi mujer”. Como se sabe, se trata de una atractiva figura femenina que hoy gracias a Martín insaurralde forma parte del bloque gobernante.

Los números

Los especialistas consultados por LPO confirmaron la recuperación inicial de la imagen de Cristina, luego de su intervención; pero se negaron a convalidar la teoría de los 10 puntos, como medida de algo. “Eso de los 10 puntos una pavada, si Massa gana por 9, por 7 o por 8 puntos, igual es muchísimo”, afirmó un consultor que trabaja para el oficialismo.
Se da además un problema adicional para el Gobierno: La recuperación en imagen de Cristina no se está trasladando por ahora en términos importantes a Insaurralde y los otros candidatos kirchneristas, y además es un proceso que ya comenzó a amesetarse, en la medida que -gracias a Dios- la situación clínica de la Presidenta se normaliza.
Una de las ventajas de Massa, sería que por ahora, su imagen negativa sigue siendo baja aunque subió un poco luego de lanzar su candidatura y enfrascarse en la pelea electoral.
Según un trabajo de Julio Aurelio la imagen de la gestión de Cristina Kirchner subió en la provincia de Buenos Aires luego de su intervención, pero lejos está de lograr que Insaurralde pueda competir en paridad con Massa.
Se trata del primer trabajo conocido luego de que la presidenta fue internada.
Los datos señalan que la gestión de la Presidenta tiene una recepción positiva que llega a 54 puntos. El salto se nota porque hasta la semana previa a su internación, la Presidenta tenía casi igual imagen positiva que negativa en territorio bonaerense.
Pero ese salto no le llegó a Insaurralde, que sigue debajo de Massa unos ocho puntos: 40 a 32. La diferencia es mayor a la de las primarias pero menor a la de cualquier encuesta de septiembre, explicaron desde la consultora Aresco.
Son estos números los que explican la extravagante teoría sciolista de los “10 puntos”.
“Massa subió la imagen negativa de 14 a 20 y pico, pero es normal. Ningún candidato tiene un nivel de rechazo tan bajo”, explicaron desde la consultora. Con un agregado: Massa logró que su perfil no sea anti k sino más bien de promesa de futuro –manteniendo “lo bueno” y cambiando “lo malo”-, por esto, una recuperación de la Presidenta no necesariamente le juega en contra.
Por estas horas, también trascendió en La Tecla una supuesta encuesta de Poliarquía que habla de una recuperación de Insaurralde, que habría achicado la brecha con Massa. Lo curioso es que esta consultora, que trabaja también para Scioli, suele publicar sus números en exclusiva en La Nación.
Según este sondeo la diferencia se achicó a 7,5%: Ubicando a Massa en 39,8% y al candidato kirchnerista en un 32,3%. “Esta encuesta la tuvo que haber hecho la semana pasada y no había esos números. Que la publique en La Nación, que es su órgano oficial”, desafió Hugo Haime, en diálogo con LPO.
Haime no difunde encuestas pero admite que la diferencia entre Massa e Insaurralde se duplicó tras las primarias. Esta semana, como muchos encuestadores, dejó de medir a la espera de un efecto más concreto de la internación de Cristina.
Lo mismo hizo Jorge Giacobbe, quien en agosto fue uno de los primeros en desterrar la hipótesis de una paridad que intentó instalar el kirchnerismo.
“Nuestra última encuesta fue el viernes y terminó 41 a 30,4. Está claro que a Massa le corrieron el telón, pero lleva una diferencia grande. Sería ocurrente que quien pierda diga que pierde bien”, ironizó. La semana que viene tendrá los primeros números de este nuevo pero no tan distinto escenario

Movimiento de tropa

Entre tanto, los chimentos de Palacio aseguran que aunque todavía es el hombre fuerte de la Casa Rosada, el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini dista de vivir su momento más confortable. Fue desplazado por Máximo Kirchner del lugar de interprete último de la Presidenta, a quien casi no accede por estas horas. Acumula enemigos en el Gobierno por su estilo intrigante y ultra individualista. El titular de la Side, Héctor Icazuriaga lo esquiva y Boudou lo desafía.
Cuando murió Kirchner, Cristina tomó el control absoluto de la gestión en la que antes tallaba fuerte su marido y aunque mantuvo y hasta ascendió a Zannini como principal concejero, también creció la participación de Máximo en las decisiones del poder.
Sin embargo, las repetidas ausencias del hijo de los Kirchner ayudaron a Zannini a seguir metiendo miedo entre el resto del dispositivo oficial como supuesto interprete último de la voluntad de Cristina.
La exposición brutal de sus maniobras para impedir que asuma Amado Boudou y sus intentos por momentos muy torpes para acotar su exposición pública, lo han dejado demasiado expuesto.
Con el agravante que el vice en ejercicio del Poder Ejecutivo, se divierte rompiendo cada día el cerco que le tiende y hasta se da el gusto de encabezar actos.

Una mesa demasiado chica

El resto de la pingüinera histórica como Julio de Vido y otros, tampoco reportan a Zannini, con quien acumulan más facturas que alegrías. Fue el caso de Ricardo Echegaray, el titular de la Afip, quien dio un paso en falso al anunciar el final del blanqueo de capitales propuesto por Moreno. En el gobierno sostienen que fue Zannini el que le hizo esa zancadilla y lo “intoxicó” para que luego quedara expuesto ante la Presidenta.
El titular de la Side, Héctor “Chango” Icazuriaga, otro viejo integrante de la mesa chica, tampoco reporta al secretario Legal y Técnico. Habla directo con Máximo. José López, el histórico secretario de Obras públicas y otro que iba mucho a Olivos en épocas de Néstor, viajó con Zannini a Córdoba, pero acaso este ladero de Julio De Vido fue más para respaldar que para vigilar a Boudou, como es la intención del “Chino”.
“Los errores más graves que cometió Cristina son culpa de Zannini”, afirmó un viejo integrante del gabinete. “Para no perder su lugar de máximo influencia vio como venía la mano y se camporizó”.
Esta camporización es vista en algunos integrantes del poder, como una foto precisa de sus límites políticos. Sin embargo, en la agrupación de Máximo tienen una relación ambigua con “El Chino”. Creen que detrás de sus sonrisas, también intriga contra ellos. Incluso lo culpan de los repentinos fracasos de sus propuestas. La secuencia es vasta. Monitoreó el fallido intento de ubicar a Daniel Reposo en como procurador y cuando su pliego tuvo que ser retirado colocó a una ladera suya, como Alejandra Gils Carbó.
Dejó caer la reforma judicial en tribunales, donde ya no tiene peso, pero antes disfrutó como Horacio Verbitsky maltrataba a Julián Álvarez en el Senado. Su línea directa con Pichetto le sirvió para desacelerar el pliego de César Milani como jefe del Ejército, ahora congelado en la Cámara alta. Máximo sabe que mucho tuvo que ver con esos pasos en falso. Y se lo hace saber.

Fuentes: Lapoliticaonline, Parlamentario, NA

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