PARA LO QUE GUSTE MANDAR

Nunca hubo una mujer como Gilda

16Mañana es 17 de octubre, Cándido, o 17N como les gusta decir ahora… A ver, ¿ya se recibió de calendario que anda pregonando la fecha, Pelado?, además déjeme de romper las guindas con eso de 17N, 9S u 8N, ¿qué les pasa, tanto cuesta decir los nombres de los meses?, mire que la pereza tiene un límite. Yo le decía que mañana es 17 de octubre porque me lo esperaba más peronizado, Rivera. ¿Más peronizado?, ¿qué esperaba, que estuviera tomando un café con un pochito puesto en la cabeza, que agarre la taza con los dos dedos en V? Además, Pelado, usté ya me conoce hace una punta de años y sabe perfectamente que no soy peronista. Pero se le parece mucho, Cándido, más últimamente. Bueno, eso también me tiene un poco cansado, Cárdenas, que uno haya elogiado una que otra gestión del gobierno no lo hace ni oficialista ni mucho menos peronista. En eso tiene razón, Rivera. En eso y en lo otro, no me joda, Cárdenas, se lo pido por lo que más quiera, yo estaba tranquilo acá, mirando el mar, las chicas paseando por la rambla y usté viene para ver si pico con alguna de sus paparruchadas descontextualizadas. Tampoco se ponga así, Cándido, lo mío fue un chascarrillo inofensivo. Inofensivo hasta que se pone pesado, Pelado, pero bueno, hagamos una cosa, usemos el 17 de octubre para mentar a la belleza antes que a la lealtad, ¿qué le parece? ¿Usted lo dice por las chicas de la rambla, Cándido? En parte, pero no sólo por eso.

Por Cándido Rivera

Porque, Pelado, 17 de octubre tuvieron todos los años. Vaya descubrimiento, Cándido. Bueno, es verdad, no descubrí nada, pero no todos los 17 de octubre son del ‘45, también hubo un 17 de octubre en 1918. ¿Y qué tiene de especial el 17 de octubre del 18?, yo era muy chico. No era muy chico, Pelado, por más que lo parezca por ese pantalón calzado bajo las axilas usté no había nacido aún, la que sí nació ese día fue Margarita Carmen Cansino. ¿Margarita Casino, algo que ver con la rula? No, Pelado, Cansino, no casino, igual no se hizo famosa con ese nombre, sino que usté la juna con el de Rita Hayworth… ¡Gilda! Exactamente, Pelado, la actriz que protagonizó una de las películas más emblemáticas de toda la historia del cine mundial, Pelado, y especialmente por dos escenas; una, el famoso soplamocos que le encaja Glen Ford y la segunda, ese increíble stripe tease que, si se acuerda bien, lo único que se saca es un guante. ¡Cómo no me voy a acordar, Cándido, si me acompañó durante muchísimas noches de soledad cuando estuve embarcado! Bueno, Cárdenas, no me entre en detalles, se lo ruego.
Lo que poca gente sabe, Cárdenas, es que Rita arrancó como bailarina, y bailarina del ballet español, porque su viejo, justamente, era de esa nacionalidad, Eduardo Cansino se llamaba.
Actuó, desde 1935, en algunas películas medio berretas, hasta que cuatro años después enganchó un papel secundario en la película “Sólo los ángeles tienen alas”, de Howard Hawks, con Cary Grant y un año después “Una dama en cuestión”, de Charles Vidor. Ya no era una españolita desconocida a esa altura, Pelado.
Hasta que en el 41 logró su consagración con “Sangre y arena”, junto a Tyrone Power. Creo que me acuerdo de esa, Cándido. Me imagino que sí, Pelado. Después filmó algunas comedias musicales con Fred Astaire, Gene Kelly, James Cagney y toda esa generación dorada del cine norteamericano. Pero no fue hasta Gilda cuando realmente se consagró como el mito erótico que nunca más abandonaría su imagen. De hecho, Pelado, esa película fue al mismo tiempo su gloria máxima y su cancelación cinematográfica. ¿Cancelación cinematográfica? Bueno, es una forma de decir, Cárdenas, nunca más pudo lograr esa repercusión, esa atracción casi física que logró en esa película. Todas las atracciones son físicas, Cándido. Sí, ya sé, pero es una forma de decir… ¡Cómo está con eso de la forma de decir, Cándido!, dígalo y ya, mah que tanta forma ni forma.
Ni bola le doy, hable con mi mano. ¿Qué mano, Cándido, de qué me está hablando? Nada, no importa, mire, volvamos a Rita. ¿Usté sabía que a Gilda la censuraron en un montón de países, justamente por esas escenas de la cachetada y del guante? ¿No será mucho, Cándido? Sí, para como vemos las cosas hoy, sí, pero los tiempos cambian, Cárdenas. Pero tanta habrá sido su impronta en el inconsciente colectivo que hasta usaron su imagen en bikini para decorar las bombas atómicas que usó Estados Unidos para las pruebas nucleares de aquella época. Inconscientes los que probaron las bombas atómicas, Cándido. Es verdad, Pelado.
Bueno, ¿le parece brindar por Rita Hayworth, sin dudas el sex symbol indiscutible de los cuarenta? ¿De los cuarenta, Cándido? ¡Brindemos por la diosa de los cuarenta, los cincuenta y hasta de los setenta, que los cumplo en unos días y le voy a dedicar uno para ella! ¿Le va a dedicar qué cosa guarango asqueroso? Uno de los tres deseos cuando sople las velitas, Cándido, ¿qué había pensado?

Por Cándido Rivera
candidorivera@walla.com

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