Los resultados de este domingo precipitaron lo que en el fondo ya se venía barajando en el gabinete provincial, la necesidad de macerar la tropa, pero sobre todo de establecer directivas claras de mando.
De hecho no escapa a la opinión pública y sobre todo a los contadores de la realidad política como se venía dando sobre un mismo hecho, varias estrategias “oficiales” en juego e incluso dos o tres interlocutores simultáneos.

El gobernador Martín Buzzi, hombre académico y cultivador de metodologías, no esperó nada. Dispuso inmediatamente de la renuncia de todos sus colaboradores para rearmar estrategia de gobierno. Dicen que ahora con las manos libres, aceptará algunas y rechazará otras. Las señales en las urnas así lo precipitaron y si bien ayer nadie parecía ser el dueño absoluto de la derrota, sí se interpretaba en casi todos los ámbitos, que Buzzi fue el último “castigado” por los errores de gestión, pero sobre todo por no haber sabido unificar la tropa que sumó, para que juegue claramente para él.

El grueso del electorado percibió entre otras cosas que acá hay un Peronismo dividido que sólo trabajo para “cobrarse” internas personales, y que nadie miro el conjunto.
La otra factura cara fue la manera en que Buzzi se separó de Das Neves de manera abrupta pensando que el FPV lo ayudaría y sin contar con una construcción propia detrás. Traducidos los votos se podría decir que hablaron por la gente de este modo “No era tan bueno Das Neves, pero tampoco era tan malo con lo que hay ahora”

Dicen los expertos que se puede llegar a la política de cualquier modo, pero nadie que logre un sitial de poder como consiguió el comodorense puede sostenerse sin una construcción férrea y una estrategia prolijísima. Y probablemente ´deshacerse´ tan rápidamente de su mentor, haciéndose incluso cargo del frondoso pasado que aparecería después de ocho largos años de gobierno, fue posiblemente un error de estrategia no solo de Buzzi, sino de todo el Frente para la Victoria.

Además, el triunfo del ex gobernador debe ser leído con mucha atención, sin restarle crédito a la capacidad de reacción política que cobró el pueblo chubutense. Analizando por ejemplo las elecciones de los últimos años, aparece una constante y es que la gente elige como lo siente, por lo que nadie tiene comprado el voto.

Nadie en pie

Entre otras cosas, una de las crisis tal vez mayores a analizar minuciosamente a su debido tiempo, sea la de los liderazgos territoriales en cada intendencia, para muchos de los cuáles, el demoledor resultado puede terminar siendo un certificado de defunción política.

En Trelew, tierra por años liderada por Gustavo Mac Karthy, la hecatombe fue notable. Dice haber hecho todo, teniendo todo el poder, siendo el vice gobernador y acompañando a un ministro de la Nación, pero reconoció también no haber podido remontar la puja histórica mantenida con Das Neves en el Pueblo de Luis.

El quiebre en Madryn fue muy similar y expuso a un Carlos Eliceche que retrocedió hasta el último casillero, arriesgando incluso su poder en el Concejo Deliberante. Demasiados cabos sueltos, lealtades ninguneadas y posiblemente maniobras demasiado rebuscadas para la más amigable política doméstica.

En Esquel, el “Rafa” Williams y en Comodoro, el “Tano” Di Pierro quienes eran históricamente los dueños de los aparatos en sus territorios, debieron también meditar cuidadosamente hacia donde se fue trasladando esa sagrada influencia sobre la masa que creían ostentar.

Hubo mucho más que el mapa de las cinco principales ciudades de la Provincia, pero tal vez con esto alcanzó para que se diera el repliegue de muchos y la espantada de otros.
Es muy probable que la gente de Yauhar que hoy reporta en el gobierno dará también su paso al costado, luego de la exposición al que se sometió al ministro. En ese orden todo indicaría que además de los que liberarán a Buzzi de sus gestiones “no aprobadas”, también se correrán quienes intenten preservarse para una carrera inmediata propia en 2015.

Así las cosas, hoy con todo el gabinete “renunciado”, incluso hasta el rango de subsecretarios, el poder en Chubut no tiene dueño, aunque hay una institucionalidad que no parece estar amenazada por la debilidad de quienes la ostentan.
Para colmo, lejos de mostrar inmediata fortaleza y definir nuevos nombres, roles y lineamientos, el Gobernador abandonó allí el manual de usos y costumbres, para anunciar que se tomará unos días para meditar los cambios. El problema es quizá que la vida continúa y la dinámica de la administración de lo público no se puede corregir con la lentitud de un examen parcial, de hecho, hoy mismo comenzaban las reuniones paritarias de algunos sectores, donde todo indicaría que se deberían posponer hasta tanto haya funcionarios asumidos. Del mismo modo cierra el mes, se inicia el pago de haberes y comienza a andar la maquinaria mensual vinculada al Estado, donde por el momento no hay decisiones ni firmas para nada ni nadie. Es de esperar que el ´solitario´ juego de barajas de Buzzi sea rápido y contundente. Habrá que ver…